Villena Literaria

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Villena

lunes, 1 de diciembre de 2008

ESCRIBO PORQUE TODAVÍA ESTOY VIVA

Escribo porque te escribo y sin querer sigo escribiendo, no sé si para el mundo o para mí misma. Cuando escribo me concilio con la soledad, con el silencio, con el yo interior frente a la barbarie del ruido, de la estupidez, de la irracionalidad, del aborregamiento. Voy transformando un papel blanco en obra escrita con palabras que se encadenan por sí solas, para que cada relato consiga tener vida propia.
Escribo quizás sin ningún propósito, pero acelero mi marcha en busca de una buena expresión. Escribo porque que todavía estoy viva, al igual que mis lectores, que leen lo escrito porque no están muertos. Esta hoja limpia de imperfecciones arrastra incansablemente deseos, historias y emociones que jamás fueron contadas como yo las escribo, y no piensen que soy mejor ni peor que nadie, pero valga la definición biológica, de que nadie es igual a nadie. Sólo yo como ser único puedo relatar lo que pasa por mi mente. Para mí, escribir es la manera más barata de pensar, de reflexionar, de ordenar el caos interior, la mezcolanza que lo real, interior y exterior, produce en mi organismo. Y al escribir me relajo y me excito sacando emociones que salen al encuentro de frase vagabundas que van en busca de refugio. Escribir es un método formidable para registrar con los cinco sentidos, como un detective, lo que sucede en la realidad, en mi realidad, lingüística y existencial. Escribiendo enamoro a la vida como aliada en una batalla florida en la que nadie pierde, se gana la belleza escrita. Si porque escribo hay ganancias en los corazones ajenos, me siento satisfecha. El acto de escribir es de total libertad, sin trampa ni cartón. Como leer. Porque puedo manipular las palabras, colocarlas como me plazca, hacer con ellas un mundo. Puedo escribir a distintos destinatarios, con distintos objetivos, hacer diez versiones de una misma historia, abro las puertas de la imaginación que hasta me sorprende a mí misma. Deslizó mis dedos en el teclado del ordenador forjando letras y signos que den fuerza a mis pensamientos, como amigo de mis neuronas traductoras de caprichos enloquecidos que apuntan hacia un punto fijo de escritura. Sólo sé escribir desde el corazón, aunque parezca de lo más cursi, porque quisiera publicar tantas injusticias, tantas ideas creativas, que sigo estirando de la cuerda fina que encadena mi ilusión de apasionada escritora. Y si sigues leyendo lo escrito es que tú también eres persona creadora y luchadora por esas causas injustas, que sientes, al igual que yo, cuando sentimos que mucha gente se siente herida.Quisiera, cada día, escribir palabras hechas poesía, enarbolar versos cristalinos que relaten hechos vividos. Recorro mi memoria de arriba abajo, como quien busca una flor en el campo para ofrecérsela a su amada. Todavía sigo viva, y cada vez más consciente del tiempo perdido, en el que no tenía ni lápiz ni un papel, para dar rienda suelta a tantas historias que no he escrito y que tal vez pueda escribir. Hay momentos en que, impulsada por emociones, y otros por un cerebro que nada descansa, imagino una avalancha de letras que se apoderan de mí sin ninguna excusa. Escribo con mayor o menor acierto en la sábana o ataúd de la página. Cuando escribo es una forma de leer el desorden ordenado de mi interior. Porque la historia está escrita, te escribo para hacer de cada palabra una historia mía, inventar un nuevo artículo para ti, amigo. Porque escribir es una aventura tan apasionante y tortuosa que me dejo arrastrar sin poner resistencia. Yo escribo con la originalidad que me dicta el destino. Sólo vivo y muero por un relato bien escrito. Escribo por todas estas razones y porque escribiendo puedo ser yo misma.

AFECTADOS DE CÁNCER

Las experiencias son una parte de la vida que te enriquecen o te destruyen, pero en ocasiones, son la mezcla de las dos cosas y combinándolas vives un enriquecimiento personal de difícil adiestramiento. Las personas que han experimentado en su propia piel o han tenido familiares afectados de cáncer, han jugado al peligroso envite de la enfermedad. Estos pacientes, generalmente excepcionales personas, han luchado hasta en sus momentos de flaqueza, enfrentándose como jabatos para no ser vencidos por la metástasis destructora de tantas esperanzas y de una vida que les pertenece.
Desde el diagnostico del tumor y su paso por la distintas fases de la enfermedad, el paciente padece diversas manifestaciones y se prepara para un periodo de su vida que sin duda, no deja indiferente a ninguno. Un sufrimiento en la mayoría de los casos callado ante una sociedad que discrimina a los que aparentemente no son igual a la gran mayoría y una lucha feroz ante familiares angustiados de no poder cambiar el caprichoso destino. Los enfermos de cáncer son personas admirables, deseosas de ganar la batalla del día a día que tan difícil les resulta cuando están con el tratamiento. Los altibajos de moral acompañan en las distintas fases de antes, durante y después de la comunicación de padecer un tumor maligno. Las emociones se intensifican y cada amanecer es una apuesta por la vida… por su vida. Pero ante un panorama nada satisfactorio, se pueden encontrar enfermos animando a otros enfermos, para que su experiencia les sirva de apoyo y se ponen al servicio de cuanta ayuda les sea necesaria. Los hay que visitan a los enfermos que pasan por la fase Terminal sin pudor alguno de enfrentarse al desenlace final. De igual forma son una muestra de coraje a los que están en fase de tratamiento y viven superándose constantemente y contagian unas ganas de vivir envidiable. El enfermo que alienta a su familiar afectado y que adoleciendo de lo mismo pasa doblemente por la misma experiencia. Enfermos que encuentran en su enfermedad otra oportunidad para sentir lo esencial de la vida. Son exposiciones de cariño y de sentimientos que los enfermos de cáncer demuestran y encarnan una ejemplaridad de la que todos deberíamos aprender.

El AIRE

Acariciamos el aire sin ser conscientes del impulso que nos da para la vida. Y sin embargo es tan necesario respirar, y además hacerlo de manera satisfactoria, que se nos olvida coger el suficiente cuando al enamorarte de las cosas bellas se te escapa en un suspiro y cuando la pena te ahoga como si te faltase.
Cuando el ajetreado viaje de la vida te impone reflexionar para mirar las sutilezas del ser humano, echamos la vista atrás encontrando el aire del camino para querer retenerlo y mimarlo con dulces vaivenes que ensalcen amores y alegrías. Jugar a caprichosos destinos en los que un soplo de aire nos devuelva sentimientos bonitos y encuentros compartidos con seres queridos. Y si todavía no es demasiado tarde abriremos la boca para respirar aire limpio y puro, conseguiremos engañar al tiempo que siempre está al acecho. Después, muy de tarde en tarde, se escuchará el susurro del viento que caprichosamente va en busca de otros destinos.Pero, cuando el aire te falta, ya ni el amigo se une al consuelo. Queremos retenerlo y conservarlo porque sabemos que si nos falta otras cosas perderemos con ello. Soñaremos con aires distintos que nos devolverán años perdidos, y en el recuerdo encontraremos que tal vez se nos olvidó respirar cuando más fuerzas teníamos, pero quizás ocupados en otras cosas no quisimos darle la importancia que tenía. Y sólo el aire sabe cuándo entra a formar parte de nosotros y cuándo quiere abandonarnos, pero mientras está contigo es el vendaval que lucha por permanecer en tu interior, como un soplo divino alrededor de la vida.Hay aires que se mezclan con desechos que lo contaminan sin pudor y dan al traste con las esperanzas de salir al encuentro siempre cambiante de su fuerza. No quisiera contemplar el destino si me roban el aire, si no me dejan sentirlo en los poros de mi piel, si se niegan a concederme el privilegio de sentirlo en mi interior y comprobar que todavía hay vida en mi ser. Si te das cuenta hay aires distintos y a cada cual le corresponde el suyo. Los hay que envenenan el ambiente nada más sentirse libres, pero, en cambio, hay otros que se romperían en mil añicos si creyeran que han causado daño alguno. El aire de la mañana cambia por completo al salir de paseo por la tarde, e incluso se pone de fiesta cuando nota que le observamos. No, no son iguales ni quieren serlo.Hay momentos en la vida en que lo que más te gustaría regalar sería aire y no porque sólo dispongas de ello, sino porque crees que tiene un valor insospechado y que pocos son los afortunados que saben apreciarlo.

jueves, 20 de noviembre de 2008

RECOGIDA DE EDUCANDOS

Y la música sigue….
Nada pudo empañar la pujante apoteosis del metal, las brillantes trompetas y el sinuoso saxo y el exacto, articulado y grave trombón de varas. Juntos unieron su estridencia a unos barrios en aquella felicidad por horas. En contra partida se agregaban flautas traveseras y clarinetes que suavizaban la templanza de unos nervios a flor de piel.

Y la música sigue…
Cada año, nuevos educandos ven cumplido el sueño de ser un miembro más en la Banda de Música. Todos sus compañeros arroparán y felicitan el esfuerzo callado con horas de práctica. La emoción de la tarde, en espera de las primeras notas sonoras denotara que la espera está a su término. Sentirán una alegría desbordante porque saben que es un orgullo para ellos y para sus familias, ser miembro de la Banda, su Banda. Un director que con paso firme va acompañado de músicos que también fueron educandos, y saben del dulce sabor que amasaron en sus bocas.

Y la música sigue…
Como las blancas buscan a las corcheas y las negras se incrustan en el pentagrama se van soltando los primeros sonidos al viento por las calles de Villena. Notas que se descuelgan por los balcones de la corredera y canciones que quedan en el recuerdo de los que pasaron la experiencia.

Y la música sigue…
Calle abajo o arriba, culminando ante el monumento a Chapí. Otro año, otros educandos, otra ventana abierta con rostros empañados en lágrimas. Nuevas emociones en los bolsillos de sus chaquetas recién estrenadas, que harán que palpiten sus corazones abiertos al infinito cuando suenen los instrumentos.

Y la música sigue…
En todos los rincones de esta ciudad nuestra. Que presume de sus músicos por su entrega y su valía. Amanece nuevos días para futuros educandos que recordarán este día como un día especial en su dedicación por la música. Todo en esta tarde es presencia junta ante el gozo sobre el deslumbramiento exacto de haber conocido lo que significa ser músico.

Y la música sigue…
Como sigue la vida, siempre habrá nuevos educandos mientras la música permanezca. Pero sin quitar importancia a cada año y a cada nuevo músico, mi casa este año gozará de alegría cuando recojan a mi marido e hija como nuevos educandos.

RECOGIDA DE EDUCANDOS




Y la música sigue….
Nada pudo empañar la pujante apoteosis del metal, las brillantes trompetas y el sinuoso saxo y el exacto, articulado y grave trombón de varas. Juntos unieron su estridencia a unos barrios en aquella felicidad por horas. En contra partida se agregaban flautas traveseras y clarinetes que suavizaban la templanza de unos nervios a flor de piel.

Y la música sigue…
Cada año, nuevos educandos ven cumplido el sueño de ser un miembro más en la Banda de Música. Todos sus compañeros arroparán y felicitan el esfuerzo callado con horas de práctica. La emoción de la tarde, en espera de las primeras notas sonoras denotara que la espera está a su término. Sentirán una alegría desbordante porque saben que es un orgullo para ellos y para sus familias, ser miembro de la Banda, su Banda. Un director que con paso firme va acompañado de músicos que también fueron educandos, y saben del dulce sabor que amasaron en sus bocas.

Y la música sigue…
Como las blancas buscan a las corcheas y las negras se incrustan en el pentagrama se van soltando los primeros sonidos al viento por las calles de Villena. Notas que se descuelgan por los balcones de la corredera y canciones que quedan en el recuerdo de los que pasaron la experiencia.

Y la música sigue…
Calle abajo o arriba, culminando ante el monumento a Chapí. Otro año, otros educandos, otra ventana abierta con rostros empañados en lágrimas. Nuevas emociones en los bolsillos de sus chaquetas recién estrenadas, que harán que palpiten sus corazones abiertos al infinito cuando suenen los instrumentos.

Y la música sigue…
En todos los rincones de esta ciudad nuestra. Que presume de sus músicos por su entrega y su valía. Amanece nuevos días para futuros educandos que recordarán este día como un día especial en su dedicación por la música. Todo en esta tarde es presencia junta ante el gozo sobre el deslumbramiento exacto de haber conocido lo que significa ser músico.

Y la música sigue…
Como sigue la vida, siempre habrá nuevos educandos mientras la música permanezca. Pero sin quitar importancia a cada año y a cada nuevo músico, mi casa este año gozará de alegría cuando recojan a mi marido e hija como nuevos educandos.